En el salto, como en casi todo en equitación, no se trata de hacer más, sino de hacerlo mejor. A menudo veo jinetes obsesionados con subir la altura sin haber consolidado los fundamentos. Hoy quiero hablar de cinco aspectos técnicos que considero esenciales para mejorar la calidad del salto, tanto en entrenamiento como en competición.
1. La batida: el momento clave
La batida no es solo el instante en que el caballo despega, es el resultado de todo lo que ha ocurrido en los metros anteriores.
Para afinarla, trabajo con barras en el suelo y cavaletti, ajustando el tranco y enseñando al jinete a “leer” la distancia. Una batida correcta no es ni larga ni corta: es aquella que permite al caballo saltar cómodo, redondo y equilibrado.
2. La recepción: más que caer bien
Tras el salto, el caballo necesita recuperar el equilibrio y preparar el siguiente movimiento.
Aquí el jinete debe mantenerse centrado, sin tirar de las riendas ni desequilibrar con el cuerpo. Practico recepciones en curva y transiciones suaves para que el caballo no pierda ritmo ni confianza.
3. El ritmo entre obstáculos
Uno de los errores más comunes en recorridos técnicos es perder el ritmo entre saltos.
Trabajo líneas de 3 a 5 obstáculos con distancias variadas, corrigiendo aceleraciones innecesarias o pérdidas de impulsión. El objetivo es mantener una cadencia constante, como si lleváramos un metrónomo en la cabeza.
4. Ejercicios con pocos obstáculos
No hace falta llenar la pista de verticales y oxers para trabajar bien.
Con uno o dos obstáculos bien colocados se puede entrenar la precisión, la calidad de la batida y la actitud del caballo. Me gusta usar diagonales, saltos en curva y combinaciones simples para mantener la concentración sin fatigar.
5. Subir la altura con criterio
Subir la altura debe ser una consecuencia del trabajo técnico, no una meta en sí misma.
Empiezo con alturas cómodas, observo la actitud del caballo y evalúo su capacidad física. Solo cuando el binomio está preparado, aumento la dificultad. Saltar alto sin calidad es como correr sin técnica: puede funcionar un día, pero no es sostenible.
Opinión personal:
Estos cinco puntos forman parte de mi enfoque diario en las clases. No busco que el alumno salte más, sino que salte mejor. Porque en equitación, como en la vida, la técnica es lo que marca la diferencia.
Ejercicios prácticos:
1. La batida: el momento clave
Ejercicio: Barras en progresión Coloca 3 a 4 barras en el suelo, separadas por 2,70 m para caballos. Pide al jinete que mantenga un galope constante y observe cómo el caballo ajusta la batida. Añade un pequeño vertical al final para evaluar la calidad del despegue.
Objetivo: Mejorar la percepción de distancia y la preparación de la batida.
2. La recepción: más que caer bien
Ejercicio: Salto en curva Coloca dos obstáculos bajos (60–80 cm) en curva, separados por 5 a 6 trancos. Trabaja la recepción en equilibrio, sin tirar de la rienda. Corrige el uso excesivo de la mano y fomenta el uso del asiento.
Objetivo: Controlar la dirección y el ritmo tras el salto.
3. El ritmo entre obstáculos
Ejercicio: Línea de 3 obstáculos con distancias estándar Vertical – Oxer – Vertical, separados por 16 m y 17 m. Pide mantener el mismo número de trancos entre cada salto. Repite con variaciones de ritmo para que el jinete aprenda a ajustar.
Objetivo: Consolidar la cadencia y evitar aceleraciones innecesarias.
4. Ejercicios con pocos obstáculos
Ejercicio: Salto en diagonal con barra de entrada Un solo vertical con una barra en el suelo a 2,70 m. Trabaja la precisión de la batida y la dirección. Cambia el ángulo de entrada para aumentar la dificultad.
Objetivo: Mejorar la concentración y la técnica sin fatigar al caballo.
5. Subir la altura con criterio
Ejercicio: Pirámide de altura progresiva Empieza con 60 cm, sube a 80 cm, luego a 1 m, y vuelve a bajar. Observa la actitud del caballo en cada altura. Evalúa si mantiene la técnica o empieza a perder calidad.
Objetivo: Detectar el punto óptimo de trabajo sin comprometer la confianza.