miércoles, 13 de diciembre de 2023

¿Qué es la incurvación?

Cuando doy clases de equitación, pongo mucho interés en que mis alumnos se esfuercen al montar en conseguir rectitud y a veces rectitud e incurvación parecen conceptos diferentes pero uno no se consigue sin el otro.

La incurvación la aprende el caballo cuando le enseñamos a hacer un círculo, primero al paso, luego al trote, luego en transiciones paso, trote, paso y finalmente al galope.
El cuerpo del caballo se arquea ligeramente al rededor de la pierna interior del jinete, la grupa y el cuello del caballo se vienen al interior, pero las costillas del lado exterior se abren en esa dirección, si viéramos al caballo desde arriba, su cuerpo nos recordará la figura de la media luna y comprobaremos que su cuerpo se adapta a la trayectoria del círculo que estamos montando.
En un caballo correctamente incurvado, podemos ver que sus pies van en la línea de sus anteriores, entonces la distribución de sus fuerzas es pareja en ambos lados del caballo.
Cuando el caballo es colocado de esta forma, tiene mejor equilibrio por el motivo que les explique antes, decimos entonces que va recto.
Cuando montamos los ángulos de la pista, incurvamos al caballo al interior, tal y como lo hacemos en los círculos ( ayudas: pierna interior en la cincha, pierna exterior detrás pero pasiva y las riendas flexionan el cuello ligeramente al interior) pero cuando vamos por el lado largo de la pista y el corto, llevamos una incurvación muy sutil, debemos repartir el contacto y vigilar que la pierna exterior no meta en exceso la grupa.
Cuando paramos al caballo para el saludo, los pasos atrás o para comprobar su obediencia, llevaremos al caballo en una sola pista, es decir, sin incurvación.
De esta manera distribuiremos mejor la ayuda para la parada con ambas piernas y riendas del jinete.
En los círculos la incurvación será más notable, nuestro isquión interior irá un poco más adelante para soportar más peso del asiento. El caballo se incuvará sobre esa pierna que se convertirá en un eje impulsor.
Las ayudas serán momentáneas, cesarán cuando el caballo responda.
Si el caballo quiere cerrar el círculo para terminar antes, la pierna interior lo activará y abriremos el círculo pensando en las ayudas de la cesión a la pierna.
De esta forma el caballo no vaciará la rienda interior, busquemos un contacto uniforme en ambas riendas y el caballo no se escapará de las ayudas.
A la mano que el caballo se incurve con más facilidad, lo llevaremos más recto porque el objetivo es tener un contacto parecido en ambas riendas y a ambos lados del caballo.
Yo recomiendo evitar la incurvación en la parada, la media parada y los pasos atrás.
Podemos hacer figuras en contra incurvación: vamos incurvados al interior, pasamos a una pista y luego al exterior, pasamos a una pista y otra vez al interior. Este ejercicio mejora el empleo de los posteriores y enseña la rectitud.
Un caballo con dificultades para incurvarse no tiene equilibrio y marchará rígido, un caballo incurvado en exceso, pesará mucho sobre su tercio anterior y no se empleará adecuadamente.
Si tenemos dificultades para incurvar al caballo, pongamos atención en las riendas, quizás utilizamos mucho la rienda interior, o la rienda exterior tiene poco contacto.
Una rienda exterior con un contacto adecuado, activando con la pierna interior, despierta el posterior interior y libera la espalda del mismo lado, de esta forma el caballo activa sus posteriores y se vuelve a equilibrar.
Recordar, el caballo se debe llevar sólo, no nos debe pesar en la mano, ni debemos llevarlo por detrás de la vertical.