lunes, 9 de septiembre de 2013

Adiestramiento de caballos.

En nuestro centro ecuestre contamos con jinetes experimentados compitiendo con buenos resultados.
Entrenamos a nuestros caballos en adiestramiento siguiendo las técnicas más adecuadas basadas en las enseñanzas clásicas de los maestros europeos:
La primera regla del buen jinete es mantener siempre la calma, sin ella el caballo no será capaz de entender nuestras ayudas y nosotros no seremos capaces de transmitirlas.
Un caballo no esta tranquilo cuando estímulos externos lo pueden alterar, un trabajo insuficiente unido a la falta de actividad y la sobre alimentación producen un caballo nervioso.
La segunda regla es la impulsión, la tendencia hacia delante es el alma de la equitación. Cuando esta presente, el caballo bien guiado por su jinete convierte la impulsión en un movimiento lleno de energía, soltura y fluidez sin precipitación, esta es la base sobre la cual se construye un trabajo bien hecho. Cuando hablo de precipitación quiero decir que el caballo lleva un ritmo demasiado rápido, desequilibrado sobre el tercio anterior corriendo por tensión o miedo.
La tercera regla es la rectitud, cuando un caballo va derecho cada pie sigue el mismo camino de la mano correspondiente, la columna vertebral y el cuello del caballo deben incurvarse con exactitud a la trayectoria curva de la figura ejecutada. La rectitud se consigue con ayudas correctas que el caballo aceptara con igual contacto a ambos lados, en estado de sostenimiento y en equilibrio dinamico en el que tanto los pares de piernas laterales como las diagonales soporten identica carga en todos los ejercicios, en una o en dos pistas.
Si seguimos estas reglas de la correcta equitación conseguiremos cumplir con los objetivos del caballo de doma, estos son: Ritmo, Relajación, Contacto, Rectitud, Impulsión, Reunión.
Nuestros consejos: la transmisión desde los cuartos traseros viene desde atrás a través del dorso del caballo, trabajar bien el dorso del caballo, muscularlo bien antes de enseñarle trabajos más abanzados y cuidar bien el contacto con la boca, este debe ser siempre ligero y constante.