Amig@s del caballo! Seguimos con la serie de consejos para mejorar nuestro desempeño en las competiciones de adiestramiento, hoy el tema a tratar es como refinar las ayudas.
Una cosa que realmente les gusta ver a los jueces cuando juzgan una prueba, son las ayudas sutiles y refinadas. Pienso que cuando las ayudas son muy evidentes y perturbadoras para el caballo, no se logra una imagen armoniosa. El jinete debe estar lo suficientemente en forma y disciplinado para entrenar al caballo para que responda a unas ayudas imperceptibles. Lo que llamamos ayudas "invisibles".
A menudo sucede que cuando los jinetes practican en casa se sienten seguros haciendo correcciones, pero en la pista de competición a veces se congelan y sienten la necesidad de mantener el caballo unido. Esto sucede a menudo porque los jinetes no insisten en que su caballo responda a las ayudas con más rapidez.
Los jinetes, especialmente los jinetes aficionados, a menudo están demasiado preocupados por cometer un error y se olvidan de responsabilizar al caballo por estar atento a sus ayudas. Es un círculo vicioso en el que, a menudo, el jinete acaba sacrificando su posición, lo que le impide montar con eficacia.
La sincronización del jinete es importante para desarrollar la capacidad de respuesta a las ayudas, el caballo tiene que aprender a responder dentro del tempo. Esto es lo que diferencia el adiestramiento del salto de obstáculos. Un caballo de salto debe responder al instante. Por lo tanto, tiene que mantener los pies en el suelo. Si un caballo sabe que debe responder a un giro en cualquier momento, no le dará tanto tiempo de suspensión porque necesita empujarse del suelo para responder. Se mantiene pegado al suelo y da trancos pequeños y rápidos. En adiestramiento queremos esa suspensión y no podemos tener un caballo listo para responder en cualquier momento y tener suspensión. Debemos enseñarle a responder dentro del tempo como un bailarín de ballet que debe moverse al ritmo de la música.
Para conseguir este tipo de respuestas, debemos hacer muchas repeticiones en las transiciones y en los comienzos de los ejercicios a ejecutar (ejemplo: un apoyo) en las que logremos una respuesta positiva por parte del caballo, el caballo conoce el ejercicio y lo realiza descontraido, sin tensión y con la impulsión necesaria. Sí el caballo se atasca o se pone tenso, detenemos el ejercicio y volvemos a comenzar siempre buscando la ejecución sin tensión y con la impulsión adecuada.
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